Recientemente hemos tenido conocimiento del fallecimiento de este compañero y genuino investigador que dedicó toda una vida a desentrañar los misterios de la lengua de la vieja Iberia. Ingenierio industrial, Antonio estuvo trabajando durante mucho años recopilando multitud de textos íberos y datos, muchos de ellos
no recogidos por ninguna otra persona. Fruto de ese trabajo de investigación materializado en publicaciones como «Azkar el fuerte» o «Hispania, pergamino de la sabiduría», reflejaban un gran don de Antonio para relacionar sucesos y situaciones.
Desde la Asociación Lengua y Ibérica quisiéramos expresar nuestro más profundo agradecimiento a este compañero que tanto nos ha aportado y enviar nuestras condolencias a sus familiares y allegados. Allí donde esté seguirá investigando sin cesar de donde vienen esos apellidos, topónimos o palabras de nuestra querida Iberia. Que la tierra te sea leve compañero.