ESPAÑA, ¿IBERICA O VASCA?

ESPAÑA, ¿IBERICA O VASCA?

PRESENTACIÓN DEL LIBRO «ESPAÑA, ¿IBÉRICA O VASCA?»


«Partimos de una premisa fundamental, que los palentinos tanto los habitantes de la Península Ibérica como los llamados euskaldunak tienen todo el derecho a considerar
estos restos de lenguas ibéricas como un patrimonio propio»

(F. Roberto Gordaliza. Raíces Ibéricas y toponimia de Palencia)

A través de este medio digital se presenta y rescata este documento del olvido, escrito hace 50 años por Juan Goitia de Unibaso. «España Ibera o Vasca». Vaya por delante las disculpas a aquellas personas que descarguen el libro por los subrayados existentes que puedan encontrarse en algún párrafo, éste es un libro adquirido en el mercado de libro antiguo y eso conlleva a veces pequeños inconvenientes.

Para poner en contexto adecuadamente esta obra, cabe reseñar que en aquella época se carecía de los medios tecnológicos actuales como Internet, Google Earth,etc…, lo cual ha
permitido un avance notable en cuanto a investigación toponímica se refiere, quedando, obviamente, el contenido del libro sensiblemente»desfasado» en cuanto a traducción de
topónimos se refiere.

Por otra parte, la cuestion planteada por su autor en la cual dilucida que los íberos son descendientes de los vascos, hay que enmarcarla en el contesto adecuado.
Hoy en día ,desde estudios genéticos, toponímicos, arqueológicos y otras disciplinas hay diversas teorías que difieren en este punto del autor, cuestión aún por dilucidar, pero desde
luego,no cabe duda de que Juan Goitia fue acertado en la línea de investigación a seguir al percatarse, a través de la Toponimia, que la antigua lengua de la Península Ibérica sino era
exactamente euskera, si era una lengua de una familia emparentada con ésta, lo cual vendría a reafirmar al Euskera como Lengua No Aislada.

Ese es el planteamiento transcendental, vigente y revolucionario en cuanto al camino que abrió (entre muchos otros antecesores) en el desciframiento y búsqueda de nuestros orígenes.

Si a pesar de las Instituciones educativas y políticas, hoy se a avanzado bastante en cuanto a investigación se refiere, ha sido gracias a todas aquellas personas, que, aún careciendo de
medios y contra viento y marea, siguieron y siguen cuestionando muchos de los «dogmas» establecidos por la «ciencia» institucional, la cual, está condicionada por intereses expúreos
ajenos a esa ciencia que tanto dicen defender.

Hoy sus hijos,Jabier y Jon Goitia, 50 años después, han continuado y avanzado la Obra de su padre.

Vaya pues, este pequeño homenaje.

PRÓLOGO POR LOS HIJOS DEL AUTOR: JAVIER Y JON GOITIA.

España, ¿Ibérica o Vasca?

 

Semblanza de Juan de Goitia y Unibaso:

Juan escribió este libro durante la primavera de 1969 y ese mismo verano, su hijo Javier lo mecanografió con cuatro copias de calco en una maquinita portátil Olivetti que trajera su hermano Jon escondida desde Ceuta donde hacía “la mili”.

Se editó en 1970, cuando Juan cumplió 59 años.

Juan nació en una familia acomodada vasca de principio del siglo XX. Su padre, maquinista naval, navegaba a menudo a Liverpool, tenía un taller de construcción de máquinas de vapor y montaje de barcos de pesca y dos caseríos en Bermeo. La madre aportaba otro caserío en Baquio.

La buena estrella de la familia se torció con la “gripe del 18” que se llevó a la madre y a la hija mayor que entonces tenía 17 años, dejando al padre con seis chiquillos, uno de meses. La boda apresurada del padre con la costurera de casa, provocó la huida de la segunda hija y la desobediencia general del resto de la tropa, la mala gestión de los bienes y un gran retroceso que culminó durante la guerra al perder gran parte de hacienda y fondos. Juan fue especialmente “indomable”; renunció a estudiar como su padre le ofreciera, quedándose como mecánico en el taller donde aplicó su inventiva a numerosos equipos y mecanismos.

De ideas nacionalistas, luchó con los republicanos hasta que cayó Bilbao, momento en que desertó al suroeste francés, donde pasó desde el año 37 hasta el 41.

La estancia en Laburdi y Zuberoa en contacto con vascos del campo que vivían como en la Bizkaia antigua y el trabajo en un Arsenal de Guerra le aportó una visión muy clara de la lengua y el pensamiento vascos, así como de la Europa hegemónica y la que había caído en regresión. Aprendió francés con gran soltura y tuvo escarceos con el alemán, es decir, una visión estereoscópica del mundo cercano.

A la vuelta de Francia, su rebeldía se mantuvo intacta. Gran conversador y polemista, en casa siempre hubo un “Diccionario de Vascuence-Castellano” que él consultaba con frecuencia hasta que la Toponimia (inquietud traída por su hijo Javier desde Tarazona) comenzó a ocupar todo su tiempo.

Del análisis de los nombres de lugar cercanos y lejanos, familiares y extraños y de los apellidos que Juan obtenía respectivamente del Nomenclátor de Correos y de la Guía Telefónica, dedujo que había raíces que no cambiaban o que sus cambios era predecibles y comenzó a coleccionarlas: “O” era grande, “So”, enorme, “An”, amplio, “Ard”, cepa, “Ü”, agua….

Pronto vio una relación íntima entre los nombres de lugar y ciertas plantas, estableciendo una teoría según la cual, la cubierta vegetal y las especies dominantes colaboraban a crear unos topónimos bastante precisos.

Comentados sus descubrimientos a la Academia Vasca (Euskaltzaindía), sus borradores eran recibidos con gesto amable…y tirados a la basura. Juan intimó con Víctor Gaubeka, un librero e impresor culto que se ofreció a editar su primer libro, advirtiéndole que era de alto riesgo y que la distribución era lo más duro y que presentaba muchas incógnitas.

Juan sacó unos cientos de miles de pesetas de su magra cuenta y se imprimieron mil libros.

Fue un fracaso porque a pesar de los esfuerzos de su esposa Agustina y de Javier que salían de casa en autobús, tren y auto stop con bolsas de libros para ser dejados “en depósito” en librerías de toda Euskadi, Navarra, Burgos y Cantabria, no se venderían ni doscientos ejemplares.

Las sospechas de Juan de que “el sistema” boicoteaba las iniciativas que pudieran socavarlo, pudo certificarlas años más tarde, cuando en 1984 en Vitoria, en unas Jornadas para la Revisión del Nomenclátor en las que Juan protestó públicamente porque se estaban tomando decisiones para cambiar nombres sin saber lo que significaban sus expresiones actuales, se oyó al jefe intelectual de ese movimiento corrector (Luis Michelena) decir socarronamente de él: “Ahí tenemos al nuevo Astarloa”.

Juan siguió buscando raíces, explicando significados de palabras vascas, castellanas y francesas y escribiendo otros libros como “Pueblos de Bizkaia (Toponimia)” y numerosos artículos cortos, cartas a los periódicos, etc.

Su última obra, en formato libro, fue “Voces derivadas del Euzkera en el Idioma Castellano” publicada en Barcelona el año 1.989. Obra financiada íntegramente por su hijo mayor, Jon, que de esta forma le devolvió la tranquilidad de no tener que gastar ni una peseta más de su patrimonio y que fue presentada ante el público y los medios con gran alarde en el Hotel Ercilla de Bilbao en un acto promovido por José Martín Uriarte que seguía con interés lo que Javier le contaba..

Jon se convenció de lo acertado de las ideas de su padre cuando le explicó como AÑA, EÑA; IÑA, OÑA y UÑA eran voces que hacían referencia a roquedos, en general peñas, paredes rocosas verticales, como ESPAÑA o ESPUÑA, y como las terminaciones en ANA hacían referencia a algo “grande”, como en SOPELANA, GUADIANA, CIURANA, y no a “fundus” romanos que es lo que se sigue dando como explicación oficial hoy en día.

Y como ANO indicaba algo “muy grande” como en ABADIANO, OCHANDIANO, MURANO, y no era una voz romana, sino un calificativo para voces usadas en Toponimia y Etimología.

Sin el trabajo, y la intuición, de Juan Goitia Unibaso continuaríamos en Babia; ahora tenemos, una idea clara de cómo la lengua vasca se habló en gran parte de Eurasia, y es la base de cientos de voces del latín y romances, en especial del idioma castellano, cuyas voces se entienden mucho mejor al contar con la influencia de la lengua vasca.

Actualmente sus hijos Jon y Javier continúan la obra iniciada por Juan.

5 comentarios

    1. Edorta Ayerdi Urraza

      Kaixo denori.
      Nik gogoratzen naiz nola eraman nuen Jon edo Jabi Zornotzatik Donostira,nire Sinca 1000 urdiñean .Ni nere lehenengo makinak zaltzeko azmoakin eta berak bere liburuak hori zan 1970/1
      Zarriten historia hau komentatu dot nire lagun artean
      Liburua erosi nuen eta oparitu nire lagun baten zemeari.Euskal filologia ikasi zuen
      Poztazun handia hartu dot

    1. lenguaiberika.eu-admin

      Saludos, efectivamente el enlace de descarga ha estado roto algunos días. Ya lo hemos revisado y arreglado. Ya se puede descargar el libro. Gracias por tu comentario, ha servido para reparar el enlace. Muchos saludos.

  1. Manu

    Unarre, Tavascan, lladorre, Escalarre, Aran, Biscarri, Isabarre , Esterri, Montgarri, Beranui, Cercastan, …etc. La historia española y francesa..y romana. la escrbieron los imperios..y borraron cuanto pudieron…El euskera es el unico supervivinte y con occitanos, iniciaron el castellano, retocado por el arabe.

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